Tras visitar al geógrafo, el principito viajó a un nuevo planeta; el cual era el más extravagante de todos los que había visitado. El planeta era de unas dimensiones un tanto pequeñas, y en él tan solo cabían el principito y su peculiar habitante. Aquí vivía un hombre de mediana edad, alto pero con aspecto desvirgado, mirada penetrante y cansada, con una barba espesa y con ropas viejas y sucias.
Por lo que te puedes imaginar se trataba de un pobre .
-¿Quién eres? -preguntó el principito intrigado.
-Un pobre -respondió el hombre, que estaba sentado en el suelo tranquilamente.
El principito se extrañó, ya que era la primera vez que veía un pobre.
-¿Y qué significa ser pobre?- dijo el principito con curiosidad.
-Significa que te faltan cosas, pero, ¿no tienes nada que darme? -respondió el pobre inquisitivamente.
-La verdad es que no -afirmó el principito -pero, ¿qué es lo que te falta?
El pobre cansado de tanta pregunta, al perturbarle su tranquilidad, le respondió tajantemente:
–¡Me falta espíritu!- dijo moviendo airadamente los brazos.
El principito se sobresaltó ante tal respuesta, sin embargo, abandonó el planeta decidido a continuar su viaje.
Chechu P.
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