Hablar de series es hablar de buenos y de malos momentos, de meses de espera por la nueva temporada o de intriga entre capítulo y capítulo. Las series nos influyen en nuestro día a día, vemos algo que nos llame la atención o que nos guste y decidimos imitarlo, a nuestra manera: vestimos de manera similar a nuestros personajes preferidos, comemos comida china (habitual en series americanas) o nos dedicamos a actuar como ellos lo hacen. También, en muchos casos nos pueden enseñar virtudes y aspectos muy positivos de la vida.
Además de influir de esta manera en nuestras vidas, ocupan una enorme cantidad (dependiendo del número de series que veas) de algo que escasea en la actualidad: el tiempo. Las series ocupan una gran cantidad de horas de nuestro tiempo libre, en las que estamos pegados a la tele u ordenador como auténticos zombies. ¡Por no hablar los días, semanas y meses que nos tienen en vela! En los que esperamos con auténtico deseo, la llegada del día en que retransmiten esa serie o la fecha en la que se estrenará una nueva e interesante temporada. También, está esa sensación de rabia cuando se produce el cese de una serie que te encandila siempre que la ves, sin embargo. por el poco éxito que tiene se deja de televisar.
Las series pueden llegar a ser auténticas obras de arte, como son: Lost, Juego de Tronos, Homeland, El Mentalista, Modern Family, entre muchas otras. "Las hay de todos los colores", se podría decir: policíacas, históricas, de comedia, de fantasía, de "chicas", etc.
En conclusión, las series son muy buenas en su justa medida.
Chechu P.
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